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miércoles, 7 de septiembre de 2011

Invasión zombie D:

Zombies

Asúmanlo, el mundo está destinado al apocalipsis. Algunas voces se han alzado contra la marea de incredulidad, siendo burladas y desoídas. Pero el día en que los muertos se alcen está cerca. ¿Está seguro de que no ha visto ya algún zombie por ahí? Porque es cierto, amigos, cuando ya no haya más sitio en el infierno los muertos caminarán por la Tierra.

A pesar de los incrédulos y los escépticos, gente que ignora las evidencias por una lastimera esperanza que se verá más pronto que tarde truncada, el mundo, tal y como lo conocemos, está condenado. Da igual que sea una nave de venus, un virus o problemas de radiación, cuando los zombies caminen no harán distinciones. Están llamados a dominar el mundo y lo que nos queda a nosotros, los vivos, es no serles un plato fácil de conseguir. El enemigo no es Al-Qaeda, ni EE.UU. ni Corea del Norte. No, no y mil veces no. El enemigo ahora duerme bajo tierra, pero puede que también a nuestro lado. Y ya va siendo hora de que nos enteremos de algunas cosas para cuando nos sea necesario.

Las plantas bajas y los centros comerciales no son un buen refugio. Debemos comprender que, a pesar de que podrían proporcionarnos bienes rápidamente, las cristaleras no suponen mucha defensa contra las mareas de zombies. Y tengan por seguro que esos enormes pasillos del Carrefour son un laberinto mortal que acabará lleno de muertos vivientes deseosos de hincar los dientes en nuestros jugosos encéfalos. En cuestión de refugios contra zombies, cuanto más alto, mejor.

Él ya no es su padre. Ni su madre, su amigo, su novia o su perro. Cuando un zombie muerde a alguien, deja de ser persona para convertirse en una amenaza inminente. No entre en sentimentalismos baratos y dele una muerte digna. Ni se le ocurra pasar los últimos momentos agarrándole la mano mientras le despide con lágrimas en los ojos, porque lo próximo que verá es su boca en su brazo. Recuerde: Esto es una batalla por la supervivencia y los muertos son nuestros enemigos. Aplíquese el cuento y no se pongas a llorar si es a usted a quien muerden. Es mejor un tiro en la cabeza a tiempo que engrosar la legión de zombies. Cést la vie.

No se separe, coño. ¿Acaso no ha visto nuca una película de terror? ¿Qué le pasa al que se separa? No se haga el valiente diciendo "Voy a ver qué ha sido ese ruido", porque no le volverán a ver el pelo. Cuando el grupo se mueva, muévase con ellos. No vigile el refugio usted solo, no hagas rondas solo, no se aleje de donde le puedan ver. Recuerde, es mejor afrontar la muerte en grupo que vérselas a solas con una patulea de comecerebros.

Hágase con armas, preferiblemente las que le permitan matar a un zombie sin tener que olerle el aliento. Pistolas, rifles y escopetas están muy bien, pero recuerde que debe acertarles en la cabeza, de otro modo solo tendremos un zombie agujereado. Si no tiene buena puntería, consiga un hacha, una espada o un palo largo. Intente evitar armas que se puedan quedar clavadas en los zombies. Y por el amor de George Romero, no se quede peleando con una horda de zombies, no tiene las de ganar.

Espere al momento del anticlímax. Cuando crea que ya está seguro, salte a un lado y mire alrededor. El zombie estará esperando al momento en que crea que ha pasado el peligro para aparecer dentro de un armario, detrás de un mostrador o a través de una ventana. Y no sea idiota: El único sitio donde debe apoyar la espalda es en una buena pared de ladrillos. O mejor, de hormigón armado. No se acerque a un radio de 3 metros de una ventana que no esté bien rejada.

Únase sólo a gente en la que confíe. Los grupos de supervivientes suelen estar muy traumatizados, especialmente aquellos que jamás habían pensado en fin del mundo. Tenga en cuenta que no todos estarán tan preparados como usted. Cuando se tope con otros supervivientes no los acoja sin más. La mayoría de ellos serán más un lastre o un peligro que una ayuda. Desconfíe de los que le ofrecen socorro. A veces los vivos son peores que los muertos.

Use armadura. Sí, las vecinas ya no le criticarán por llevar pintas raras y los porteros de la discoteca no le dirán nada por vestirse así. Y si lo hacen, siempre puede aplastarles la cabeza de manera preventiva. ¿Quién sabe si eran o no unos no-muertos? Las armaduras son esenciales, especialmente en cuello, cabeza y extremidades, que son, estadísticamente, los puntos donde se cocentran el 80% de los mordiscos de zombies. Los chándal, los polos Lacoste o los tops con escote no son precisamente a prueba de mordiscos. Lo ideal son las armaduras de los antidisturbios, pero unos abrigos gruesos o unas armaduras improvisadas son mejor que nada.

No subestime el factor "Marea cadavérica". Si tiene suerte, los zombies serán lentos y torpes, pero vendrán en números incontables, suficiente como para dejarnos sin balas o acorralar a aquellos que se hubiesen confiado de su velocidad.

Evite las grandes ciudades, los centros comerciales, los teatros, cines y demás lugares que suelen estar a menudo abarrotados de gente. Los zombies antes eran gente ¿Y sabe dónde hay gente a punta pala? Pues eso.

Despréndase de los objetos que nos sean de primerísima necesidad. Recuerde que el oro, las joyas y el dinero han dejado de tener valor. No vaya por ahí cargado de cosas que no va a necesitar ni se pare a espoliar casas y/o cadáveres. No se le ocurra ir al banco a sacar dinero. Eso sólo dará infinitas y truculentas posibilidades de encuentros zombie.

Evite el coche. En un mundo lleno de zombies ¿Adonde querrá ir? No tenga esperanzas de encontrar focos de resistencia ni un lugar que no haya sido afectado. Alejarse de sus lugares conocidos será lo peor que pueda hacer. Los coches tienden a estropearse o quedarse sin gasolina en los lugares menos apropiados. Esto le obligará a ir a pie en lugares desconocidos y, téngalo por seguro, infestados de zombies. Además, los coches no presentan la mejor de las protecciones en caso de verse rodeados de no muertos.

Hagan acopio, pero ya. El fin se acerca y las provisiones se agotarán con rapidez. Llenen su despensa con latas de conserva y pastillas potabilizadoras. Cuando vayan por su barrio comprueben los puntos flacos de una posible defensa y tracen rutas de huida. Acostúmbrese a verlo todo desde el punto de vista de la invasión. ¿Quién sabe cuando comenzará?

ESCONDERSE EN UN

Es un clásico básico y un sueño que todos en algún momento de nuestra vida hemos querido cumplir en algún momento.

Bien, en el caso de invasión zombie, ese momento ha llegado.

Hay que decir que no cualquier centro comercial, que tiene que ser uno con hipermercado para sobrevivir durante años, que nos conocemos y se que hay muchos seres aquí que se me meten al Coto y hacen vida ahí.

Aún así no se emocionen, porque en cualquier momento los zombies conseguirán entrar y morirán todos, o bien sobrevivirán muy pocos.

HUIR A UNA DESIERTA


Asumilo, las islas nunca, repito, nunca están desiertas. Eso existe en la ficción.

Así que aunque durante un tiempo vivirán felices en ellas, alguno de ustedes morirá y se convertirá en zombie o bien aparecerá un zombie de la nada y los comerá a todos. Pero mientras tanto serán felices y los evadirán, se los aseguro.


SUBIRSE A LO ALTO DE UN EDIFICIO MUY ALTO Y TAPONAR LAS ENTRADAS


Esto es un falso refugio, y además cuando se les acabe la comida tendrán que salir a buscarla al famoso centro comercial, romperán la puerta de dicho centro y fastidiarán el plan de los que decidieron seguir mi consejo número uno. Por cierto, sí, acabarán muertos, esta vez porque se lo merecen.


BUSCAR UNA VACUNA

No la hay, creeme, así que si algún científico loco intenta convencerlos de que sí, hui despavoridos porque es la mayor mentira de la historia, y además seguro que él es el culpable de todo. Y los zombies huelen a los culpables de todo y van por ellos, generalmente al final de la película.


HUIR AL POLO NORTE
Puede que sea la mejor idea, pero porque realmente es un sitio donde ni los zombies quieren estar, porque solo hay iglus, iceberges y esquimales, y es un aburrimiento puro y duro. Para morir de aburrimiento acabarán antes haciendo lo de Gran Hermano.


ARRANCARSE UNA PIERNA Y PONERSE UNA METRALLETA EN LA RODILLA

Parece la opción más aceptada en los últimos tiempos, y si la colocas con soltura, puede que les quede hasta fashion.

Bueno, hasta aquí los consejos, son breves pero concisos para que no se pierdan pensando, que los zombies son lentos pero cuando no les miras avanzan a la velocidad de la luz.

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